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viernes, 26 de abril de 2024

Materiales para hélices marinas

Los materiales empleados para la fabricación de hélices de barcos es variada, siendo en buques grandes muy extendida la utilización de diversas aleaciones de bronce, principalmente la aleación de bronce al manganeso, sin embargo existe la posibilidad de usar otros materiales que estudiaremos a continuación en el artículo.

La hélice de un buque es un dispositivo mecánico formado por un conjunto de elementos denominados palas, montados de forma concéntrica y solidarias a un eje que, al girar, las palas trazan un movimiento rotativo en un plano.​ Las palas no son placas planas, sino que tienen una forma curva, sobresaliendo del plano en el que giran, y obteniendo así en cada lado una diferencia de distancias entre el principio y el fin de la pala. Provocando una diferencia de velocidades del fluido de una cara y en la otra de la hélice. Lo cual causa que en una cara, del perfil de la hélice el fluido tenga una mayor velocidad pero con una presión menor y en la otra cara del mismo perfil el fluido tenga una menor velocidad pero que causa una presión mayor, lo cual provoca una fuerza perpendicular en el plano de rotación de las palas hacia la zona de menor presión. Esta fuerza es la que se conoce como empuje o fuerza propulsora.
 
Las hélices de barco pueden ser de paso fijo (FPP) o de paso controlable (CPP), éstas últimas disponen de un mecanismo interno que permite cambiar la orientación de las palas y con ello el paso de la hélice. Esto hace que sean más caras pero permite ajustar el paso de la hélice más conveniente para cada condición de navegación, además de permitir poner el propulsor en paso cero (sin empuje) y en paso negativo para la inversión de marcha, lo cual mejora la maniobrabilidad del buque.
 
Las hélices de barco más utilizadas desde hace muchos años son las de bronce al manganeso, que ha sido la norma para hélices grandes durante muchos años. Posteriormente se ha dado un paso más con el desarrollo de los bronces al aluminio, también convenientes para hélices grandes.


Paralelamente a los bronces se ha desarrollado una serie de aleaciones de acero para ciertos tipos de servicio marítimo. Ninguna de esta serie de aleaciones se puede considerar ideal. Son intentos de alcanzar un compromiso de todas las propiedades que se requieren para ciertas clases de servicios, o de satisfacer estrictamente dos o tres requisitos importantes y al menos parcialmente los demás. Una investigación un tanto detallada de esta serie de aleaciones ofrecerá una base crítica y sugerencias para otras investigaciones.
 
1. Hierros fundidos.
a) Fundición gris. La principal ventaja de esta aleación su precio bajo, que se vuelve menos importante debido al creciente valor de la mano de obra empleada en el producto acabado, mayores exigencias en el control de la calidad, y una tendencia muy razonable a aceptar mayores gastos iniciales con el objeto de obtener una vida más satisfactoria. La resistencia relativamente escasa y la elevada susceptibilidad a la corrosión, conducen a hélices de mucho peso e ineficientes. La falta de ductilidad es desde luego un factor que se tiene que considerar en las fundiciones para la mayoría de los servicios.
b) Fundición maleable al níquel. Las fundiciones maleables son un avance reciente y la variedad que contiene níquel tiene una resistencia a la corrosión apreciablemente mayor que la del hierro fundido ordinario. Pero este metal aún no ha sido probado por completo en esta aplicación debido al elevado coste en relación con la resistencia.
 
2. Bronces al manganeso.
Estas aleaciones son latones 60-40 con adiciones que aumentan su resistencia y tenacidad a la corrosión.
a) Bronce al manganeso "blando". Este es el bronce al manganeso común, llamado "blando" porque se caracteriza por la resistencia a la tracción relativamente escasa y un elevado alargamiento. Es una aleación extraordinariamente tenaz, notable por su capacidad de doblarse considerablemente sin fractura. El gran alargamiento ligado a esta característica facilita considerablemente su reparación. Se pueden hacer excelentes soldaduras con técnicas adecuadas.
b) Bronce al manganeso duro". Mediante ciertas alteraciones en su composición se puede aumentar la resistencia a la tracción hasta un SO por 100 a expensas del alargamiento. Sin embargo, en el servicio marino la tendencia a agrietarse debido a la fatiga-corrosión (aun en aguas dulces) pone un límite práctico a la resistencia a la tracción que se puede obtener. Debido al inferior alargamiento de esta aleación, hay una tendencia mayor a las averías y se debe tener en cuenta este factor cuando el proyectista use bronces al manganeso de este tipo.
c) Bronces al níquel y manganeso. Mediante la adición de níquel en los bronces al manganeso corrientes se puede obtener alguna mejora en las propiedades físicas, junto con otra importante en la resistencia a la corrosión. El desarrollo de este tipo de aleación ha conducido al de los bronces al níquel y aluminio, y ahora que ya se han establecido los últimos, los bronces al níquel y manganeso parecen haber sido eclipsados.
 
3. Bronces al aluminio.
Esta serie de aleaciones no es nueva, y los esfuerzos para aplicar este material a las hélices precedieron a la última guerra. Los bronces al aluminio sin otros elementos de aleación requieren tratamiento térmico para obtener una combinación de gran resistencia y buena ductibilidad. Pero se puede evitar la necesidad de tratamiento al calor mediante la adición de ciertos elementos aleados.
a) Bronce al aluminio. Como en los bronces al manganeso de elevada resistencia, las primeras aleaciones de hélices de bronce al aluminio dieron excelentes cualidades físicas, pero fallaron debido a las grietas por la corrosión combinada con la carga mecánica. El material que se usa ahora para hélices tiene propiedades físicas sólo ligeramente mejores que las del bronce al manganeso 'blando", pero muestran una resistencia a la corrosión muy superior. Existe alguna evidencia de que esta aleación ofrece mejor resistencia a la corrosión que la de los bronces al níquel y aluminio.
b) Bronce al níquel y aluminio. Esta serie de aleaciones se considera corrientemente como el mejor material que se dispone para grandes hélices que se usan en el mar. La adición de ciertos elementos (níquel especialmente) en el bronce al aluminio afina la estructura, dando mayor resistencia y más aguante a la erosión por cavitación u otras causas. Sin embargo, como en la mayoría de las aleaciones, hay que buscar un compromiso entre la resistencia y la ductibilidad.
c) El bronce al aluminio, níquel y manganeso representa un estadio ulterior en el desarrollo de estas aleaciones. El incremento en el contenido de manganeso está compensado por una reducción del níquel. Las aleaciones que resultan tienen propiedades físicas y resistencia a la corrosión ligeramente mejores que las de los bronces al níquel y aluminio. Sin embargo, la mayor ventaja se encuentra en la facilidad de fabricación, lo que se refleja en el precio.
 
Generalmente la familia de bronces al aluminio ha presentado serias dificultades al fabricante y se ha dedicado mucho tiempo y esfuerzo desde la guerra (2ª Guerra Mundial) al problema de obtener buenas piezas de fundición del peso que por lo común se usan en hélices de buques. El metal es propenso a las inclusiones de gases y óxido, y las técnicas de colada de estas grandes piezas han presentado considerable dificultad. Aunque los problemas todavía existan, ya se pueden producir piezas de fundición satisfactorias. Un problema en la elaboración de las hélices de esta aleación es el de las reparaciones, ya que este metal es muy sensible al calor, y los métodos usuales de reparación sólo se deben emplear en reparaciones menores en los cantos de las palas de hélices grandes. Se pueden realizar excelentes soldaduras con operarios experimentados con tal de que se mantenga el contenido de ciertos elementos en el metal original (especialmente plomo y silicio) por debajo de ciertos límites.
El desarrollo de estas aleaciones se ha realizado en el Reino Unido y en los EE. UU aproximadamente por igual (los nombres comerciales Cunikal, Nialite, Nialma, Nibral, Nikalium y Novaston o Superston 40, son familiares a la mayoría de la gente relacionada con los asuntos marinos). Sin embargo, en el Reino Unido el desarrollo parece haber producido aleaciones de elevadas resistencias a la tracción con buenos alargamientos, mientras que en los EE. UU. parece haber disminuído las resistencias a la tracción al objeto de obtener el alargamiento requerido. Por otra parte, los fabricantes de los EE. IJU. han tenido alguna experiencia en la cuestión de las reparaciones, y un éxito considerable en la soldadura, mientras que existe poca experiencia en estas técnicas en el Reino Unido. En ambos países, como en Europa, se evitan las reparaciones mayores en las palas.
 
4. Otros bronces.
Algunos otros materiales que pudieran elasificarse como bronces, se usan para hélices marinas. Existe una clase de bronce al fósforo que se usa en ciertas zonas del Océano Pacífico, donde las aguas calientes del mar producen un efecto muy corrosivo en el bronce al manganeso. Sin embargo, debido a que la resistencia de este material es más baja, las hélices deben ser más gruesas. Es dudoso que tales hélices sean prácticas.
 
5. Aceros de baja aleación.
Las aleaciones normales de acero se caracterizan por elevadas resistencias junto con alargamientos aceptables, si no elevados. Son muy sensibles a la erosión de cavitación y a la corrosión (la resistencia a la corrosión es esencialmente la misma para todos los aceros de baja aleación). Por esta razón su aplicación se limita generalmente a remolcadores, buques-taller, rompehielos y similares, en que la resistencia al impacto y la tenacidad que ofrece este material compensan su escasa resistencia a la corrosión.
a) Acero dulce. Es la aleación común de acero fundido que se usa en muchas partes de la estructura del buque.
b) Acero al níquel. Metal más tenaz, que se obtiene mediante la adición del 2 por 100 de níquel. Sin embargo, esta cantidad es insuficiente para reducir la corrosión.
e) Acero al níquel y vanadio. Esta aleación es una novedad canadiense hecha originalmente para el servicio de rompehielos. El límite elástico y el alargamiento están un tanto aumentados sobre los del acero al níquel.
 
En la serie de aceros de baja aleación es este metal el que aguanta condiciones más duras y ha sido probado en los servicios más difíciles de hielo, maderos e incluso grava.
 
En general, los aceros de baja aleación se prestan a reparaciones y soldaduras. Sin embargo, se debe tener en cuenta que la mayoría de las hélices de acero son gruesas, lo que presenta dificultades físicas en el enderezamiento de las palas.

6. Aceros (inoxidables) de mucha aleación.
Esta es una clase de materiales que puede estar lejos de que se desarrolle por completo en aplicaciones de hélices. Los avances hasta la fecha se han limitado a los hechos en algunas países bajo la presión de la escasez de ciertos elementos, o a los hechos con materiales desarrollados adecuadamente para necesidades especiales de servicio de hélices. El mayor inconveniente de la mayoría de los aceros inoxidables es que requieren tratamiento térmico. Algunas aleaciones necesitan templarse para obtener las propiedades requeridas, imposibilitando su uso en hélices aun de dimensiones relativamente pequeñas, debido a la tendencia de las palas a deformarse. Otras aleaciones requieren un tratamiento menos radical, pero generalmente cualquier forma de tratamiento térmico imposibilita obtener exactitud en las hélices, calidad bastante difícil de conseguir en piezas de fundición de acero en cualesquiera circunstancias.
a) Acero al cromo 13 por 100. Este ha sido quizá el material más comúnmente usado, ya que tiene una resistencia extraordinariamente elevada. La resistencia a la corrosión no es elevada, debido a su tendencia a picarse, pero representa ciertamente una mejora sobre los aceros de baja aleación. El tratamiento térmico requiere un temple relativamente suave, y esto se realiza frecuentemente por medio de una ráfaga de aire sobre los piezas fundidas. Sin embargo, el mayor peligro de esta aleación es su tendencia a formar grietas en forma de pelos si el tratamiento térmico no es satisfactorio. Estas micro-grietas existen en la hélice terminada antes de entrar en servicio; los repetidos cambios de tensión en el funcionamiento pueden originar un fallo completo tras un corto período de servicio. En ciertos países europeos esta aleación se usa regularmente en las hélices. Algunos constructores no siguen todos los requisitos precisos para obtener piezas libres de grietas en forma de pelos, y toda la superficie de las hélices es simplemente mecanizada, quitándose de este modo cualesquiera grietas. Este es un método completamente práctico de hacer una hélice, aunque no siempre sea económico.
Las reparaciones en la clase de aceros al cromo 13 por 100 pueden ser difíciles debido a la resistencia del material. Las soldaduras se limitan generalmente a pequeñas zonas, debido a la necesidad de tratamiento térmico local; aquí, de nuevo, la tendencia del metal a agrietarse puede presentar dificultades.
b) Acero inoxidable 18-8. Esta familia de aleaciones requiere normalmente tratamiento térmico y temple para retener el estado austenítico. Sin embargo, también se puede conseguir el estado austenítico mediante estabilización con colombio y tántalo, y se obtiene una aleación de adecuadas propiedades físicas y resistencia a la corrosión sin tratamiento. La resistencia a la corrosión de la aleación estabilizada es ligeramente menor que la de la aleación tratada térmicamente, pero es completamente satisfactoria para servicios en agua salada. Aunque hay cierta tendencia a las picaduras en aguas tranquilas, la aleación es generalmente más resistente a la corrosión que el bronce al manganeso. Las propiedades físicas de los aceros inoxidables 18-8 no son elevadas y son comparables a las de los bronces al manganeso más fuertes. Sin embargo, la ductibilidad y resiliencia son muy elevadas y la resistencia a la fatiga-corrosión es una de las más elevadas entre los metales de los que se dispone de datos en la actualidad. La aleación estabilizada se puede calentar para enderezarla como se requiera y se pueden hacer excelentes soldaduras con técnicas adecuadas. En Norteamérica se ha usado la aleación con éxito considerable en el golfo de México y en canales interiores, donde la corrosión (procedente del agua salada y de los desperdicios industriales), la erosión por cienos suspendidos en el agua y el daño mecánico procedente de la navegación en aguas poco profundas, han contribuido a hacer que estos servicios sean muy duros.
c) El acero inoxidable al cromo y manganeso es un gran adelanto en el campo de hélices marinas. Esta es también una aleación austenítica, que tiene una resistencia a la tracción casi tan elevada como la de los aceros al cromo 13 por 100, y ductibilidad considerablemente mayor. Las pruebas preliminares indican que la aleación será casi tan resistente a la corrosión del agua de mar como el bronce al manganeso, aunque exista una ligera tendencia a formar picaduras. Las pruebas de soldadura han demostrado que se pueden producir excelentes soldaduras sin ninguna preparación especial. Se ha hecho una serie de hélices de tamaño medio con esta aleación en la empresa en la que el autor presta sus servicios, y se han puesto en servicio en donde existe un gran daño mecánico en condiciones normales de corrosión al agua de mar. También se han emprendido ensayos corrientes de laboratorio de resistencia a la corrosión y a la fatiga.
 
7. Otros Metales.
Se usan otros muchos materiales metálicos para hélices pequeñas de lanchas rápidas y otras embarcaciones menores. Tales aleaciones, como el metal Monel, cobre al silicio, aluminio, magnesio y semejantes, tienen ciertas aplicaciones en las que son factores la resistencia mecánica, la resistencia a la corrosión o el peso. Sin embargo, no parece haber aplicación extensa de estos materiales en grandes hélices marinas, en las que los factores de precio, tratamiento al calor o resistencia pueden hacerlas no prácticas con tales dimensiones.
 
8. Revestimientos.
Se ha hecho mucho trabajo experimental en la búsqueda de un material que recubra las hélices hechas de material fuerte y duro con una capa de algún material que tenga una resistencia casi perfecta a la corrosión y a la erosión de cavitación. Esto ha sido probado con éxito en el campo de las turbinas hidráulicas, donde una capa sobrepuesta por soldadura de acero inoxidable evita con efectividad la erosión de cavitación en una pala de turbina. Los revestimientos con metal soldado, goma y productos plásticos, por lo general no han tenido éxito en las hélices. El material está sujeto a desgaste por el efecto erosivo del agua o el daño físico producido por objetos extraños. Cuando desaparece el revestimiento, aunque sea por poco tiempo, la concentración de corrosión resulta ser muy perjudicial.
 
9. Materiales no metálicos.
Se han efectuado recientes desarrollos en Europa usando nylon en las hélices. Este material inerte no se corroe, aunque está un tanto sujeto a la erosión de cavitación. La resistencia es escasa y es necesario un aumento correspondiente en los escantillones. Debido a la flexibilidad del nylón se dice que no existe el daño del impacto físico. Sin embargo, ya que la fabricación de hélices de nylón requiere moldes de acero, los precios del utillaje son extraordinariamente elevados. Este precio se ha reducido un tanto mediante el uso de hélices de palas independientes, con lo que se puede cubrir una serie de potencias y velocidades con un solo molde. De este modo se han hecho hélices de paso variable y paso ajustable.
 
 
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lunes, 25 de marzo de 2024

La bitácora

La bitácora es un armario, por lo general de forma cilíndrica o prismática que se sitúa en la cubierta de las embarcaciones, cerca del timón, para alojar la aguja o compás magnético. 

 
 
El compás magnético o aguja náutica se sujeta mediante suspensión cardan para que se mantenga siempre horizontal independientemente de los balances y cabezadas que experimenta el buque durante la navegación en el mar del. En su exterior llevaba la denominada línea de fe, alineada con el centro del buque o línea de crujía.
 
La aguja náutica, está alojada dentro de un recipiente denominado mortero, dentro del cual se aloja un líquido de bajo punto de congelación (alcohol), sobre el que flota la rosa de los vientos. La rosa de los vientos contiene las agujas imantadas que la orientan siempre hacia el norte magnético, para minimizar el rozamiento al girar se apoya en su punto central, denominado chapitel, sobre el estilo que está fijado a la parte inferior del mortero.

 

 
 
El buque tiene un magnetismo permanente (debido a los hierros duros), que por sus características no va a variar apenas en bastante tiempo, y un magnetismo Accidental o Inducido (hierros dulces) que es distinto según sea la posición del buque. Por lo tanto, ya podemos darnos cuenta que según sea el Rumbo del buque, el magnetismo del mismo va a afectar a la aguja de forma distinta. La compensación tiene por objeto igualar el Campo Magnético que rodea la aguja y reducir los desvíos lo máximo posible. La compensación de agujas es realizada periódicamente por un especialista, y los errores que no se pueden compensar quedan como remanentes registrados en la llamada "tablilla de desvíos", que registra la diferencia entre el el rumbo de aguja y rumbo magnético para cada rumbo de aguja que tome el buque. La tablilla de desvíos se comprueba periódicamente para detectar cualquier desviación en los valores registrados.
 
 
Los elementos correctores usados para la compensación de la aguja son; Imanes de hierro duro, Esferas de hierro dulce, y la Barra Flinders, (también de hierro dulce). En el interior de la bitácora se colocan unos imanes y las llamadas barras Flinders para contrarrestar la desviación del campo magnético terrestre. En los costados del cubichete (la cubierta esférica que aloja la aguja) hay dos esferas de hierro dulce, las esferas de Thomson, para anular el desvío producido por el hierro del propio buque y hacer uniforme el campo magnético que rodea a la aguja náutica con objeto de que, en todo momento, señale el norte magnético.

 
Antiguamente, cuando los buques carecían de puente de mando cubierto, solía guardarse en el interior de la bitácora el llamado, «cuaderno de bitácora» para preservarlo de las inclemencias del tiempo. Aunque el nombre se ha popularizado en los últimos años a raíz de su utilización en diferentes ámbitos, el cuaderno de trabajo o de bitácora ha sido utilizado siempre. Hoy en día se denomina «diario de navegación» y en él se anotan todos los hechos ocurridos durante la guardia de navegación. 
 
A continuación mostramos un catálogo de Kelvin Hughes, con los modelos de bitácoras clásicas comercializadas por dicha firma.
 
Los buques modernos suelen llevar el compás magnético en una bitácora situada en la parte superior del puente de gobierno, en el exterior del buque (normalmente tapada), desde la cual, por medio de un reflector situado en el techo se traslada la información del rumbo de aguja al timonel.

miércoles, 14 de febrero de 2024

Motores fueraborda Seven Marine (2010 - 2021)

Los motores fueraborda de la firma SEVEN MARINE eran fabricados y comercializados por la compañía Norteamericana SEVEN MARINE, LLC, localizada en Germantown (USA). La empresa fue fundada en 2010 por Rick Davis y sus dos hijos, Eric y Brian. Su diseño aprovechó la tendencia a los motores fueraborda de mayor potencia para barcos de crucero cada vez más grandes. En 2017, la familia Davis vendió el negocio al conocido fabricante Volvo Penta, que trasladó la producción a Lexington, TN. Finalmente la producción fue descontinuada en el año 2021.
 
 
La compañía SEVEN MARINE, producía modelos de motores fueraborda de levadas prestaciones, en dos versiones con 557 hp y 627 hp respectivamente, estando entre los motores fueraborda más potentes producidos en todo el mundo.
 
Son motores conocidos como “pata negra” por su elevada potencia, colocar 4 de estos motores en el espejo de popa de un yate puede suponer sumar una potencia de 2.508 hp, que puede transformar la embarcación en una máquina de elevadísimas prestaciones. La ficha de características técnicas de las versiones de 557 hp y 627 hp son las siguientes:

El motor es de cuatro tiempos sobrealimentado (ciclo Otto), y cuenta con inyección multipunto MPI. Está basado en un bloque V8 de aluminio de 6,2 litros de cilindrada de origen General Motors, al que se le ha añadido dos compresores de cuatro lóbulos tipo Roots TVS con intercooler. Las cotas internas son diámetro 103,25mm y  carrera de 92mm, la relación de compresión es de 9,1:1 por lo que puede consumir gasolina de 89 octanos (más económica que la gasolina Premium de alto octanaje).
 
Estos motores han sido convenientemente marinizados, por medio de un sistema en circuito cerrado se hace circular el líquido refrigerante (ethylene glycol) por el interior del motor como si de un motor terrestre se tratase, evitando que el agua de mar cause corrosión e incrustaciones en el interior del motor. Tanto el circuito refrigerante como el circuito de aceite pasan por unos intercambiadores donde son enfriados con el agua de mar, reduciendo de esta manera el circuito de agua salada a un mínimo. La bomba de agua de mar está formada por dos rodetes contrarrotantes de fácil acceso para simplificar las labores de mantenimiento.
 
 
La transmisión es ZF a 90º controlada electrónicamente y con embargue multidisco en baño de aceite, la carcasa de la cola donde se sujeta la hélice es de forma fina y alargada como un torpedo para reducir la resistencia al avance y mejorar las líneas de flujo a la hélice, esta está accionada internamente por una transmisión con dos piñones para reducir los esfuerzos a la mitad y que también permiten la opción de 2 hélices contrarrotantes.
 
 
 
 
En definitiva un motor fueraborda de altísimas prestaciones y gran calidad constructiva, con un inteligente diseño integrando el fiable motor de automoción desarrollado para el Chevrolet Corvette en un motor fueraborda convenientemente marinizado. El resultado es sorprendente y las cifras hablan por sí solas, nada menos que 627 hp en un volumen contenido y con un peso inferior a los 500 kg. 

Volvo Group, junto con su división marina Volvo Penta, propietaria de Seven Marine, decidieron detener la comercialización y el marketing de los motores fuera de borda Seven Marine en enero de 2021.



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jueves, 11 de enero de 2024

Patrulleros de la Clase Serviola

La clase Serviola está compuesta por una serie de cuatro buques patrulleros de altura, también denominados patrulleros oceánicos, perteneciente a la Armada Española. Estos buques son una versión modernizada de la clase Halcón realizados por la Empresa Nacional Bazán, que se vendieron a principios de la década de 1980 a la Prefectura Naval Argentina, y a la Armada de México.

 

La clase está compuesta por cuatro unidades:

  1. P-71 Serviola, botadura en 10-05-1990, entrada en servicio en 22-03-1991.
  2. P-72 Centinela, botadura en 30-10-1990, entrada en servicio en 24-09-1991.        
  3. P-73 Vigía, botadura en 14-04-1991, entrada en servicio en 24-03-1992.
  4. P-74 Atalaya, botadura en 22-11-1991, entrada en servicio en 29-06-1992.

 

CARACTERÍSTICAS DE DISEÑO:

Los requisitos de diseño de la Armada Española fueron que pudieran operar en alta mar durante largos periodos y con mar gruesa, sin que esto supusiera una pérdida de sus capacidades operativas.


Disponen de cubierta de vuelo con capacidad para helicópteros medios, aunque sin hangar para poder realizarles el mantenimiento; así como de un pequeño hospital para seis plazas y dos lanchas semirrígidas (o RHIB, sigla en inglés de rigid-hulled inflatable boat).


Para ahorrar costes se utilizaron viejos cañones Mk.22 de 76,2 mm desmontados de buques de procedencia estadounidense dados de baja por la Armada, cuyo valor militar es muy reducido, en lugar de optarse por los muy superiores Oto Melara del mismo calibre que fabricaba bajo licencia la propia Bazán.  

En 2019 se firmó la instalación de torres Guardian 2.0 de empleo remoto fabricados por la empresa Escribano para la clase Serviola que recibirían dos de estas estaciones cada buque,​ para sustituir a las ametralladoras Browning M2 de 12,7 mm.

En enero de 2021 la armada española decidió destinar 4,6 millones de euros para adquirir cuatro torres remotas fabricadas por la empresa española Escribano Mechanical & Engineering, en su modelo Sentinel 30 dotadas con cañones Mk 44 Bushmaster II fabricados por Orbital ATK de 30 mm para sustituir los obsoletos cañones navales Mk22 de 76,2 mm.​

Todas estas nuevas RWS (Remote Weapon Station) están equipadas con un avanzado sistema de control de fuego, dotado con sensores optrónicos (cámara térmica refrigerada y cámara diurna CCD de alta definición) que permiten tanto tareas de observación como de detección-seguimiento de objetivos. También dispone de telémetro láser, calculador balístico automático y simulador de entrenamiento embebido; y es capaz de realizar detección y seguimiento automático de objetivos.

La planta propulsora está compuesta por dos motores diésel sobrealimentados Bazán-MTU 16V956, situados en salas separadas, cada motor acciona una caja reductora que a su vez mueve el eje de cola y la hélice de paso controlable.


Datos generales

Astillero

Empresa Nacional Bazán-Ferrol

Países en servicio

Armada Española

Tipo

Buque patrullero de altura

Características de la clase

Desplazamiento

1106 t

Eslora

68 m

Manga

10,33 m

Calado

3,36 m

Sensores

• Radar de superficie/aéreo Consilium Selesmar RTM 30 SIM.
• Radar de navegación Consilium Selesmar RTM 25 XIM.
• Dirección de tiro: director optrónico ALCOR.

Armamento

Original:
• 1 cañón de 76,2 mm/50 Mk.22
• 2 ametralladoras Browning M2 de 12,7 mm
Reformados:
• 1 RWS Escribano Sentinel 30 con cañón Bushmaster II de 30 mm
• 2 RWS Escribano Guardian 2.0 de 12,7 mm

Propulsión

• 2 motores Bazán-MTU 16V956
• 2 ejes con hélices de paso variable
• 2 aletas estabilizadoras
• 3 generadores diésel de 195 kW c/u

Potencia

7.500 Cv.

Velocidad

20 nudos

Tripulación

48

Aeronaves

Cubierta de vuelo para helicópteros medios y ligeros


HISTORIAL:
La construcción del cabeza de la clase (P71 Serviola) comenzó en el astillero de Bazán en Ferrol en diciembre de 1989 y fue entregado a la Armada en marzo de 1991. Entre el inicio de la construcción y la entrega del último buque pasaron solo dos años y medio.


Estos buques se hicieron especialmente conocidos durante la llamada Guerra del fletán, en la que fueron enviados para proteger a los pesqueros españoles y portugueses de los abordajes de la Armada Canadiense.​ También son conocidos por su apoyo a las fuerzas de seguridad del Estado en el tráfico ilegal, así como de apoyo a embarcaciones en peligro.

El 26 de mayo de 2013, el Serviola, junto al patrullero de altura Infanta Elena (clase Descubierta), interceptó al buque caza tesoros Endeavour con bandera de Togo frente a las costas de Málaga, que como supuesto buque de investigación oceanográfica, realizaba tareas relacionadas con el patrimonio arqueológico en aguas españolas del Mar del Alborán. Tras comprobar sus actividades, se le ordenó abandonar la zona, y fue escoltado hasta Algeciras, donde quedó bajo control de la Guardia Civil.

El 19 de febrero de 2014, el Vigía interrumpió unos ejercicios de la Royal Navy en aguas disputadas en torno al peñón de Gibraltar, lo que originó una protesta diplomática británica.

El 23 de julio de 2015 el Serviola intervino 1.500 kg de hachís a 21 millas náuticas de la costa de Algeciras.

El 19 de septiembre de 2015, el Centinela partió desde su base en Ferrol con rumbo al golfo de Guinea en apoyo a varias marinas de la zona durante un periodo de tres meses para colaborar con ellas en materias de seguridad, lucha contra el terrorismo, tráficos ilícitos, inmigración ilegal y piratería.​ Durante dicho despliegue auxilió a un marinero español embarcado el buque pesquero Borom Darajdi de bandera senegalesa, que había sufrido la amputación parcial de un dedo.

En octubre de 2015 el Reino Unido elevó una protesta ante el gobierno español, por la entrada del Serviola en las aguas que son consideradas como propias por Gibraltar.

En junio de 2018 el Vigía realizó tareas de escolta y coordinación con los buques MV Aquarius,  Dattilo (CP 940) y  Orione (P 410) en el traslado de los 629 rescatados por el Aquarius a Valencia.

En febrero de 2021, el Serviola participó en una operación frente a las costas de Lugo en la que se interceptó un barco que transportaba 2.000 kg de cocaína a bordo.

Con una antigüedad cercana a los 30 años, está prevista que los buques de la clase Serviola sean sustituidos por los BAM en la próxima década.



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